Hasta la guerra tiene límites: Comisión de la verdad

Compartir en redes sociales:

Desde el pasado 28 de junio, la Comisión de la Verdad, creada por el Acuerdo de paz con las Farc, está entregándole a Colombia su legado: el resultado de más de tres años de investigación sobre el conflicto armado que se ha prolongado por más de 60 años en el país. Por la extensión de su trabajo, la entidad decidió entregar, uno a uno, los 10 tomos que se publicaron semana a semana para facilitar la comprensión y el acercamiento de los colombianos a la vasta información que recogen.

En casi 900 páginas, este documento condensa los principales hallazgos y recomendaciones tras más de tres años de investigación. La sección de Hallazgos contiene 11 subcapítulos sobre violaciones a derechos humanos y al Derechos Internacional Humanitario, el surgimiento y funcionamiento de las guerrillas y los grupos paramilitares, el rol del narcotráfico en el conflicto armado e incluso la incidencia de la impunidad en su persistencia.

Hoy se publicó el último tomo del Informe Final, denominado Hasta la guerra tiene límites. Donde se habla de las violaciones de los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario y responsabilidades colectivas, aborda el esclarecimiento de los mandatos uno y dos de la Comisión de la Verdad establecidos en el decreto de su creación, referido a las violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario (en adelante DIH) cometidas en el conflicto armado, así como a las responsabilidades colectivas.

Este es la muestra de un panorama completo de las violaciones a los derechos humanos, al derecho internacional humanitario, las lógicas y las responsabilidades tras ellas.

En esta toma, se explica que, “las masacres han ocurrido en territorio colombiano desde la época de la Independencia y se han ejercido como una práctica violenta durante la historia de enfrentamientos del país. En la memoria colectiva se recuerdan las masacres con altos números de víctimas como las más notorias de las últimas tres décadas, las masacres pequeñas, con entre cuatro y seis víctimas, son las que han prevalecido durante las diferentes etapas del desarrollo del conflicto armado y representan el 78 % de las masacres registradas por el CNMH”.

Es precisamente en los años de la Violencia cuando se inicia el registro de las masacres como una práctica regular, en las que se identifica un alto número de víctimas (en particular en el departamento del Tolima78, donde se reportaron masacres de hasta 87 personas en un mismo hecho) y, aunque no exclusivamente, en contra de poblaciones liberales por parte de los chulavitas, la policía conservadora.

“En las masacres de los últimos años de la década de los cincuenta hasta la primera mitad de los sesenta se identifica un alto grado de sevicia, dirigida a causar terror en las comunidades desprotegidas por medio de la manipulación de los cuerpos y sus partes, principalmente con escopetas y machetes (la misma herramienta campesina usada para su trabajo). Con este instrumento, los victimarios perpetraron, entre muchas otras formas de manipulación atroz de los cuerpos de las víctimas, «cortes de franela», «cortes de corbata», cortes de orejas, «cortes de florero», «cortes franceses», evisceraciones, decapitaciones, descuartizamientos y una serie de hechos atroces».

 

Compartir en redes sociales: