¿A quién pertenecen los Diálogos Regionales Vinculantes?
Por:
Arturo Montoya Ramírez
Octubre de 2022
Cada cuatro años, al inicio de un período presidencial, todo el equipo de gobierno debe
acometer la construcción de un nuevo Plan Nacional de Desarrollo que ha de sustituir el
del gobierno anterior. En esta ocasión y sin que medie ningún mandato legal, quiso el
gobierno del cambio que se surtiera un proceso participativo de tal manera que la
ciudadanía organizada tuviera la oportunidad de manifestar sus prioridades dentro de los
lineamientos previos definidos en el Programa de Gobierno elegido por el pueblo
colombiano en el mes de junio. En el Oriente este proceso tiene sus particularidades.
Averiguaciones propias con diversos actores del territorio así lo revelan. Éstas mis
conclusiones.
La apertura por parte del gobierno nacional de un capítulo propio para el Oriente de los
“Diálogos Regionales Vinculantes”, desató una serie de reacciones desde diversos actores,
reclamando la eficacia de su gestión para esta decisión gubernamental. Hasta políticos
ubicados en la oposición o políticamente distantes del gobierno se unieron al coro
victorioso.
Quise reconstruir la línea del tiempo para ubicar un momento de inicio y me encuentro
con una diversidad de acciones que pueden interpretarse como génesis de este renacer
de la movilización participativa en el oriente. Identifico varios hechos que desembocan en
este magnífico despertar del interés por participar en la construcción colectiva del Plan de
Desarrollo lo que significa ya un hecho digno de celebración y torna secundario indagar
por el protagonista determinante. Señalo algunos de esos hechos.
En este 2022 se celebran 20 años de la primera reunión de la Asamblea Provincial
Constituyente del Oriente Antioqueño (APCOA), evento culmen del proceso participativo
de la región después del glorioso Movimiento Cívico del Oriente. Pensando en esa
conmemoración, sus directivas recogieron los repetidos llamados que el periodista Oscar
Castaño V. en este su portal virtual Oriéntese venía haciendo por que se retomara la
interlocución con el gobierno nacional, abandonada desde hace unos 15 años. Otras voces
pedían espacios de participación, algunas desde la institucionalidad en Marinilla y
convocan a los Consejos de Paz de la región, a los Consejos Municipales de Juventud, a
diversas organizaciones sociales, AMOR (Asociación de Mujeres del Oriente), asociaciones
de víctimas y de derechos humanos, al Comité Cívico Ramón Emilia Arcila, entre otras.
Se inician unos encuentros que dieron forma a lo que llamaron Cumbres Municipales
llegando a 22 de los 23 municipios subregionales. Cabe señalar, a esta altura, que la
aparición de un comunicado de la organización de las Cumbres con los logos de
instituciones y sectores empresariales con cuestionamientos por parte de algunos
representantes del movimiento social, de derechos humanos y políticos alternativos hoy
en el gobierno, sembró inquietudes y manifestaron en rechazo total, en algunos casos, a
participar de esos espacios. Se fue gestando entonces otro proceso que recoge a este
sector inconforme que tuvo su primera manifestación pública con una carta abierta hacia
el presidente Petro, luego de su encuentro en El Carmen el día 9 de octubre. Por su acierto
y pertinencia, a la luz de las reivindicaciones históricas del Oriente, resumo sus demandas:
1. “Ley orgánica de provincias y ordenamiento territorial en torno al cuidado y
conservación del agua, desde la permanencia digna en el territorio, un enfoque de
desarrollo a escala humana y buen vivir de las comunidades.
2. Revisión y ajuste de la matriz minero-energética en perspectiva de iniciar la transición
justa. ¡No más hidroeléctricas para el capital!
3. Capítulo especial para la implementación del Acuerdo de Paz en el Oriente
Antioqueño haciendo síntesis de propuestas de territorios campesinos como: Distrito
Agrario, Zonas de Reserva Campesina, Territorios Campesinos Agroalimentarios, y la
formalización de la propiedad, entre otras. Todas estas, iniciativas conducentes hacia la
seguridad y soberanía alimentaria, el reconocimiento del campesinado como sujeto de
derechos y el fortalecimiento de la economía campesina, popular, autónoma e
innovadora.
4. Construcción en la zona de represas y embalses de la Universidad de la Paz, una
universidad para la vida, como medida de reparación colectiva al Movimiento Cívico del
Oriente Antioqueño.
5. Fortalecimiento del sector cultural, eje articulador del ímpetu de transformación
social y la construcción de una cultura de paz donde la memoria de las víctimas y el
territorio sean centrales”.
Las Cumbres no han divulgado sus contenidos pues su proceso no ha concluido. Habrá 4
eventos zonales este sábado 22 de octubre, para rematar en la Gran Cumbre del Oriente
el próximo 29 de 0ctubre para conmemorar los 20 años de la APCOA y recoger las
propuestas y proyectos de este sector para el PND luego de 3 meses de proceso
participativo. Por otro lado, venía creciendo un clamor desde diversos actores por sacar al
Oriente del masivo evento programado para Medellín con la participación de 94
municipios de Antioquia, clamor que tuvo feliz término con la programación por parte del
gobierno nacional del evento propio de nuestra región de los Diálogos Vinculantes el
próximo día 9 de noviembre con la ministra de las TIC Sandra Urrutia como madrina
acompañante en la sede regional de la UdeA en el Carmen de Viboral.
Con estos elementos cabe la pregunta: ¿a quiénes se debe la presencia de los diálogos
vinculantes en el oriente? Responderla con exclusiones no parece justo. Lo cierto es que el
proceso de Cumbres nació meses antes de que el gobierno llamara a los Diálogos. No se
puede negar el logro de este esfuerzo, coronado con la participación de 22 municipios y
2.000 personas que llegaron sin presiones de ningún sector. Tal el testimonio de la señora
Francisca, lideresa de Granada, enunciado en un encuentro virtual convocado por Carlos Ruiz del Movimiento Cívico del Oriente R.E.A.: “nadie de los sectores empresariales o
institucionales del oriente, ni de la alcaldía, se ha aparecido en alguna reunión ni hemos
sentido presión sobre nuestro trabajo exclusivamente comunitario”.
Respetable la reacción de algunas personas por la presencia de organizaciones
cuestionadas por sus decisiones, causantes de eventuales impactos negativos en el
territorio como CORNANE o de otras, por una supuesta responsabilidad en la catástrofe
humanitaria vivida por nuestras comunidades más vulnerables, lo que, a su criterio, hace
imposible su concurrencia.
No obstante estas consideraciones, creo que es de celebrar la agitación que ha suscitado
esta movilización de una ciudadanía interesada en su futuro, dispuesta a participar en
estos espacios que son de presentación de las visiones diversas de las problemáticas del
territorio, sus posibles soluciones y sus aspiraciones a un buen vivir. Por esta razón se
sumaron muchas voces para pedirle al gobierno el capítulo propio de los Diálogos para
nuestra subregión. Tres meses de movilización ciudadana creo que no ha tenido ninguna
región del país y eso hace del oriente la región que ha tenido la mayor preparación para
los diálogos vinculantes y eso le imprime un sello particular que debe redundar en unas
propuestas muy bien estructuradas de la mano de las universidades con presencia en la
subregión y otros asesores y especialistas en estos ejercicios de participación y
planificación territorial.
Lo que sigue es propender por la continuidad de este renacer maravilloso del espíritu
participativo de un Oriente Antioqueño en unidad y con oportunidades para todos.
Ñapa: Corresponde a la justicia determinar responsabilidades de quienes hayan infringido
las leyes y establecer las sanciones correspondientes.