ECOS DE DIÁLOGO VINCULANTE DE AYER EN EL ORIENTE ANTIOQUEÑO

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“Este trabajo que ha venido haciendo Oriente de manera muy juiciosa, y no solamente para preparar este Diálogo Regional, sino de años y de décadas, para tratar de consolidar una apuesta de desarrollo regional es un insumo que cualifica mucho más estos Diálogos Regionales”. Dijo Lizbeth Buitrago, funcionaria del Departamento Nacional de Planeación y responsable directa del ejercicio hecho ayer en el Carmen de Viboral, y continuo: “Yo creo que hay mucha conciencia de la ciudadanía, de las instituciones, precisamente sobre cómo llegar con esas apuestas estratégicas que permitan definir internamente como se organiza Oriente frente los temas de desarrollo, pero también como se relaciona con el resto del país. Entonces ese trabajo que hicieron a nivel municipal, luego zonas, para concluir en la Cumbre Regional, estratégico para que Planeación Nacional pueda revisar, no solamente que insumos salen de ahí para el Plan Nacional de Desarrollo, sino como eso se convierte en una agenda regional”.

Y es urgente una Agenda Regional que nos devuelva interlocución, con impacto en políticas públicas, con el Gobierno que inicia para lograr inversiones transformadoras de la realidad regional.

Políticas públicas que permitan una infraestructura vial para la competitividad, no solo de las empresas que se asientan en el Territorio, sino de los campesinos que se mantienen en sus terruños arañándole aún, a la tierra, los productos de la despensa alimentaria de Colombia.

Una infraestructura acorde a las necesidades de la Región y no a las necesidades de ganancia de los particulares, que lanzan propuestas viales más preocupados por los jugosos dividendos que obtendrán, que por el futuro del Territorio y del país. Tal como lo ha demostrado DEVIMED con su propuesta de “Ruta del Agua”, inicialmente a una calzada y ahora, para limpiarle la cara frente al rechazo generalizado de la Región, en un “par vial” que no se compadece con los desarrollos 4G y 5G que se construyen en el resto del país.  

Y dentro de esa infraestructura necesaria para el Territorio y desde el Territorio para el país, se encuentra la segunda pista del Aeropuerto JMC. Una obra necesaria a la hora de avanzar en aspectos como empresarismo y turismo del Oriente Antioqueño. Sin embargo: Desarrollo sí, pero no así. Impuesto por desarrolladores inescrupulosos e inconsulto por los políticos de turno a los que no les importan los impactos perversos sobre los campesinos históricos y habitantes que serán afectados por este proyecto.

De otro lado, esta todo el tema de generación energética frente a la compensación legal y social, no solo a los municipios inundados, sino a toda la Región que ha padecido las consecuencias sociales y ambientales de la generación. La modificación de la Ley 56 es urgente y necesaria para que los municipios tengan unos ingresos más equitativos y puedan emprender proyectos de inversión social. Pero también la compensación social debe ser orientada a fortalecer los municipios y sus comunidades y no terceros, muchas veces de afuera del Territorio, que lo que hacen es deslegitimar la institucionalidad y romper la interlocución necesaria entre los municipios y las empresas generadoras.

Lograr una política pública nacional del agua como patrimonio regional nos permitiría avanzar en su conservación.

Y por supuesto, que hay un tema bastante discutido en la Región y en el que no existen consensos, sino muchos disensos, y tiene que ver con un esquema asociativo que reúna a unos cuantos municipios, los del Altiplano o una que junte a todos los veinte tres de la Región. Sectores políticos y empresariales ha pujado y bastante, de diferentes maneras por un Área Metropolitana en el que los municipios de Altiplano, los ricos y con más desarrollo, resuelvan sus problemas comunes e impulsen más sus posibilidades. Para las organizaciones sociales del Territorio la forma organizativa debe, y tiene, que ser de los 23 municipios para que los que cuentan con más posibilidades ayuden a los que menos tienen y el desarrollo sea de todos y para todos.

Para terminar, se requiere confrontar de manera decidida, sin negacionismos, la reaparición de actores armados y cultivos de coca en la Región, si no se hace desde la institucionalidad, estaremos avocados a repetir la historia de tragedia y dolor vividas hace apenas dos décadas y, de lo cual, quedan profundas heridas todavía en el Territorio.

El debate, que no es nuevo sobre estos temas neurálgicos del Oriente Antioqueño, tomo un nuevo impulso ayer con el Diálogo Regional Vinculante y, ojalá, se continue de manera pública con el Gobierno Nacional a través de unas audiencias, con los ministros, que logren acuerdos para la Región y sus comunidades.

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