EDITORIAL: QUE EL ESTADO Y SUS ENTIDADES EMITAN UNA ALERTA HUMANITARIA POR EL ORIENTE ANTIOQUEÑO
El viernes pasado se presentó el Informe Anual de Derechos Humanos para el Oriente Antioqueño y salimos muy mal librados en las cifras recogidas por la Mesa y el Observatorio de Derechos Humanos. La Región de Antioquia donde más han crecido los asesinatos, particularmente en la modalidad de sicariato, es en este Territorio.
el Informe es enfático en afirmar qué: «Además, eso de Bajo el cielo que perdimos evoca una figura de «Protesta con propuesta», puesto que seguimos diciendo como Observatorio de Paz, Derechos Humanos y Medio Ambiente, y como Mesa de Derechos Humanos y de Atención Humanitaria del Oriente Antioqueño, que esta situación que describimos en 2023, en el territorio regional, requiere que se emita una Alerta Temprana desde los organismos del Estado con competencia institucional, para establecer que efectivamente seguimos atravesando por una Crisis Humanitaria, y, de paso realizar todos los esfuerzos para generar un Laboratorio de Desarrollo Humano y Paz para el Oriente de Antioquia».
Es absolutamente preocupante la situación de orden público en los municipios que fueron parte de los corredores estratégicos de la guerrilla y que, con las negociaciones de paz con las FARC, las AUC y las ACMM o la derrota militar del ELN, no fueron recuperados por el Estado dejándolos libres para ser captados militarmente por nuevos actores ilegales como los «Mesa» o el «Ejercito Gaitanista de Colombia». Es el Caso de Granada donde ya se evidencian patrullajes de hombres, reconocidos por la comunidad por su participación en grupos ilegales, con armas largas y cortas que revictimizan a la población. Situación que se repite también en Nariño y Argelia donde, en las narices de la Fuerza Pública, intimidan y extorsionan a la Población Civil.
«Durante el periodo comprendido entre 2020 y 2023 se registraron un alarmante total de 731 casos de homicidios en los 23 municipios del Oriente Antioqueño. Estas cifras revelan un preocupante aumento año tras año en términos cuantitativos, generando una creciente inquietud en la región. Este fenómeno sitúa al Oriente Antioqueño como una de las dos subregiones del departamento que evidencian un incremento sostenido en el número de homicidios, al igual que sucede en los municipios del Suroeste». Dice el Informe, que concluye afirmando: «Desde el año 2020, el departamento ha experimentado una reducción en la tasa de homicidios, disminuyendo de 30.5 a 24.9 casos por cada 100,000 habitantes. A pesar de esta tendencia positiva en otras regiones, el Oriente no refleja una reducción contundente en la violación al derecho a la vida».
El municipio del Oriente antioqueño que experimenta la tasa más alta de homicidios por cada 100,000 habitantes en 2023 fue Nariño con 57.6 casos, seguido por Abejorral con 56.5, Argelia con 50.6, San Carlos con 48.3, Alejandría con 40.7, Granada con 39.1, El Carmen de Viboral con 38.1, San Vicente con 34, Marinilla con 33.7, San Francisco con 32.4, Cocorná con 32.2, El Peñol con 30.7 y San Rafael con 30.5, todas superando la tasa departamental. El único municipio sin homicidios en 2023 fue Guatapé, manteniendo una tasa de cero.
Así las cosas, el Informe concluye con un llamado urgente para que el Estado y sus Entes emita de manera urgente una alerta humanitaria sobre el Oriente Antioqueño. Petición a la que nos sumamos desde Oriéntese Periodismo de Opinión.