EPM Y SU CONTRIBUCIÓN A LOS MUNICIPIOS QUE INUNDAN SUS TERRITORIOS:

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Ante las limitaciones para la financiación estatal de la infraestructura requerida para suministrar energía al centro del país, el gobierno autorizó a las Empresas Públicas de Medellín para que emprendieran la construcción de la hidroeléctrica de Guatapé.

Los promotores de la expansión del sector eléctrico en Antioquia decidieron la ubicación de las represas en el Oriente, dadas las óptimas condiciones que brindaban las pendientes del terreno y la abundancia de aguas, además de que, para instalar a bajo costo el kilovatio hora, consideraron que podrían adquirir las tierras de estos lugares a bajos precios; a la vez que subestimaron los impactos sobre la población local.

 La construcción de la hidroeléctrica de Guatapé acarreó la inundación de una extensa área agrícola al igual que el casco urbano de El Peñol, ante lo cual, las Empresas Públicas de Medellín firmaron con los concejos municipales de El Peñol y Guatapé un Contrato Maestro, elevado este a escritura pública N° 175 de abril 12 de 1969, mediante el cual EPM se comprometió a reparar los daños ocasionados con las obras e indemnizar a los afectados.

Además, entre otras cláusulas, quedó establecido que dos años antes de la inundación debían estar las casas del nuevo Peñol construidas y habitables. Sin embargo, para el primer semestre de 1978, fecha de la inundación definitiva, los pobladores denunciaron que ni siquiera las vías públicas se habían construido. Es de precisar que, la represa de El Peñol tiene una extensión de 62 km2 y una capacidad de almacenamiento de 1.200 millones de metros cúbicos de agua. El llenado total se calculó entre dos y dos años y medio. Datos tomados del informe presentado el día de cierre de las compuertas de la represa. (El Colombiano, 1978)

La inconformidad de los pobladores de El Peñol y Guatapé debido a la imposición de esta mega-obra por encima del querer de toda una comunidad y las maneras propias de habitar el territorio por parte de los campesinos, propicio el surgimiento de un fuerte movimiento cívico, que canalizó la voz de los afectados.

Carlos Ruiz, Representante Legal del Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño manifiesta que esa imposición de ese modelo que implicaba construcción de energía con base del recurso hídrico, “esa riqueza se convirtió en una maldición de los habitantes del Oriente Antiqueño, y ellos empezaron a responder como sociedad civil frente a las radicaciones para que compraran la tierra a buen pecio, para que no los engañaran, para que les dieran el pueblo, para la unificación de tarifas, una serie de derechos ciudadanos que se tuvieron que luchar por 25 años y que todavía no se ha podido compensar”

A raíz de la inundación y la creación de este mega-proyecto pasaron tres cosas: cambió la tenencia de la tierra, cambió el uso de la tierra y cambió la actividad del hombre.

El Oriente Antioqueño fue definido entonces como la región industrial y comercial de Antioquia, en donde se genera la tercera parte de la energía del país y el pueblo del peñol perdió totalmente su vocación.

A esos cambios de pocas décadas se opusieron los líderes del Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño, lo que desató la muerte de muchos de ellos “lo que conllevó a que en el año 2013 se reunieran en el municipio de Marinilla para reiniciar una especie de recuperación de memoria histórica y de dignificación de los héroes, dirigentes cívicos que entregaron todo para poder garantizar los derechos” asegura Ruiz.

Con todo lo anterior, Carlos Ruiz afirma que “se perdió la gobernabilidad dirigente sobre el agua, El Peñol no ha recuperado su sentido de identidad, de pertenencia, se perdió también esos bienes espirituales… muchas cosas se perdieron y lo más importante el modelo que ellos decían era el progreso para el país, es un modelo de desarrollo impuesto, que no significa una identidad, desafió el modelo de desarrollo que traía el Oriente Antioqueño que era con base en la producción, no con base en la renta”.

EPM se ha convertido en una esponja, ya que absorbe todas las ganancias y lo que les brinda a los municipios que inundan sus territorios es una pequeña parte que no compensa las problemáticas sociales que ellos desencadenaron. “Empresas públicas no debe ser de Medellín, sino del departamento y debe tener una proporcionalidad, nosotros no nos sentimos representados por la ley 12 que planteó de representación de los usuarios de la junta directiva, ninguno de los intereses del Oriente Antioqueño ha sido puestos sobre la mesa de la junta directiva de Empresas Públicas” asegura Ruiz.

Por otro lado, es posible decir que para el Oriente Antioqueño se deben desarrollar políticas que estén por fuera del marco neoliberal que se venía trayendo, ya que estas se venían absorbiendo las ganancias, se debe establecer políticas que permitan nuevamente a los municipios tener la gobernabilidad sobre su territorio.

Carlos Ruiz Representante Legal del Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño menciona que “necesitamos un diálogo fraterno, donde busquemos los problemas que existen y busquemos mancomunadamente resolverlos, hay cosas que pasaron a segundo plano…hay que volver al trabajo, respaldar la producción agropecuaria en el sentido de otras formas de producción y de consumo”

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