LA PAUTA NO COMPRA LA LINEA EDITORIAL DEL MEDIO, NI LA CONCIENCIA DEL PERIODISTA.

Dejémoslo muy claro de una vez. Se equivocan los alcaldes y sus jefes de prensas cuando creen que pautar en un Medio es comprar su línea editorial o la conciencia de los periodistas, porque la pauta es contratar solo un espacio en el Medio para promover información de interés social y comunitario, para generar campañas sobre la gestión de una administración, para difundir proyectos de diferentes secretarias o para mostrar realizaciones de los mandatarios. Espacios publicitarios que usualmente se diferencian de la información periodística del medio y que algunas veces, incluso, puede chocar con la información del medio sobre una administración o un proyecto.
Miremos un ejemplo reciente: Mientras la Alcaldía de Rionegro pautaba en todos los medios locales sobre los beneficios de SITIRIO, la mayoría de esos medios y sus periodistas mostraban el estallido social que se dio con el paro de transportes generado por la inoperancia de un sistema fallido y los posibles montajes para deslegitimarlo por parte de la administración.
Y digo la mayoría de medios y periodistas, porque en el Territorio hay algunas agencias de publirreportajes, que se hacen pasar por medios de comunicación, pero que desafortunadamente se convirtieron en pasquines vendidos al mejor postor para limpiarle la cara a administraciones y alcaldes o lo que es más grave, ayudar a afianzar propuestas privadas de desarrollo que lesionan los intereses de la Región.
Aparentemente haber informado sobre el estallido social por parte de algunos medios acarreó la furia de algún Jefe de Comunicaciones que interpuso una denuncia penal contra algunos colegas y terminó la pauta con algunos medios.
La FLIP recientemente publicó los “Diez Pecados de la Pauta Oficial” y que transcribiré en esta editorial porque parece que fueron sacados de una práctica permanente en el Oriente Antioqueño:
1. Compra de contenido institucional bajo apariencia de información periodística.
2. Injerencia en la línea editorial de medios así: si los medios favorecen al gobierno de turno se les asigna publicidad, si comienzan a ser críticos se les retira, si nunca han sido afines no se les tiene en cuenta para la asignación.
3. Contratación directa, léase a dedo y a través de agencias de medios, que permite dar o quitar publicidad oficial a discrecionalidad de las entidades sin criterios objetivos.
4. Contenidos de autopromoción, no para informar sino para promocionar funcionarios.
5. Desconocimiento de los propósitos de la publicidad oficial por parte de funcionarios, a pesar de que la Corte Constitucional, el Congreso nacional y el Ejecutivo han construido un marco, que aunque insuficiente, plantea lineamientos.
6. Opacidad en la contratación: Las entidades no saben la totalidad de los contratos relacionados con publicidad oficial al sistema de contratación pública – SECOP, lo que dificulta la veeduría. En el Oriente Antioqueño, la mayoría de alcaldías, lo hacen a través de una “Agencia de Medios”.
7. Uso exclusivo de intermediarios como agencias de publicidad. En teoría, esto no es un problema, pero cuántas más agencias participan en la asignación de publicidad, son menos los medios que pueden acceder a esos recursos.
8. Contratos ambiguos que no apelan a ninguna necesidad. Las entidades contratan medios o agencias sin un propósito para hacerlo.
9. Falta de criterios objetivos para la selección de contratistas.
Ojalá que esta práctica nefasta, de alcaldes y sus jefes de comunicaciones, pero también de medios y periodistas que se prestan a ello se terminen pronto para que se cumpla el papel que los medios y periodistas tenemos con la democracia y con las comunidades; Ser el control social al poder y puente entre las necesidades ciudadanas y las posibilidad de obtener soluciones por parte de quienes ostentan el poder.