PERIODISMO Y LA MORDAZA EN EL ORIENTE ANTIOQUEÑO

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Ejerzo el periodismo con compromiso y pasión, sin medias tintas, sin genuflexiones, con un profundo amor con este oficio que he realizado desde hace ya muchos años, muchas décadas, y con el que he acompañado causas, personas, procesos, municipios, regiones, movimientos, comunidades y, por lo menos en las últimas dos décadas, esta Región dolorosamente maravillosa del Oriente Antioqueño.

No soy un periodista cualquiera, no lo he sido nunca en ninguno de los Medios; regionales, nacionales e internacionales, de radio, prensa y televisión, en los que han aparecido mis informes. He sido, y soy, protagonista en el Territorio porque no informo desde la comodidad de un escritorio, ni tampoco desde la verdad a medias, y maquillada, de los comunicados oficiales, sino que recorro el Territorio en toda su dimensión.

Hago periodismo de opinión, informo y formo opinión.

He tomado y tomo riesgos a la hora de informar y formar opinión sobre temas fundamentales para la Región, la persecución judicial que vivo en estos momentos por parte de Devimed S.A, concesionaria de la Autopista Medellín-Bogotá a la que le toco reformular su proyecto de «Ruta del Agua» para presentarlo como «Par Vial Ruta del Agua» y lograr una licencia social del Territorio, es una demostración de que el Periodismo es un oficio peligroso en el Oriente Antioqueño. Se molestaron cuando hice público un informe técnico de la Universidad Nacional que muestra graves riesgos en el tramo de la Vereda «El Cabuyal», donde hubo en el 2016 una tragedia con un costo altísimo en vidas humanas.

Y es que hacer periodismo, como yo lo entiendo, de manera ética, causa molestias.

Así como se han molestado alcaldes y funcionarios de varios municipios a los que he denunciado públicamente, en estas décadas de periodismo, por corruptos. Algunos de ellos en la cárcel o en procesos penales y disciplinarios.

Cincuenta y cuatro denuncias por «injuria y calumnia» en varios municipios, en los últimos cuatro años, y la tutela de Devimed S.A., en los últimos cuatro meses les dará una visión de la mordaza judicial que me han querido imponer funcionarios y empresarios a los que he denunciado, sin contar las amenazas verbales y escritas que recibo casi a diario.

El informe de la FIP es alarmante en este tema: «Informe de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), publicado este 7 de febrero, sitúa a Ucrania, México, Haití, Pakistán, Colombia y Filipinas como los países más peligrosos para la profesión». 

También he acompañado el dolor, el terror, el horror que ha vivido este Territorio y sus comunidades por culpa de diversos actores armados a los que he denunciado abiertamente. También he acompañado la construcción de movimientos ciudadanos para reclamar respeto.

He salvado muchas vidas con mi trabajo periodístico, pero he expuesto la mía muchas veces.

También he sido artífice de los sueños de libertad y la libertad de muchas personas, cuestionando y dejando en ridículo operadores de «justicia» y Agentes del Estado.

Convoque las Caravanas por el Desarrollo como una juntanza de periodistas y medios en torno a las realidades y las necesidades de la Región y sus gentes.

He hecho una campaña para que los recursos de compensación de las hidroeléctricas lleguen a los municipios que sufren las consecuencias de la generación y no se tercericen a voluntad de funcionarios de esas empresas.

Con esa autoridad moral que me ha dado este oficio es que hoy 9 de febrero, es que hago un llamado a los colegas que se han prostituido por una pauta, se convirtieron en mercaderes de la información oficial a través de agencias de medios. Serviles útiles de intereses particulares en contra de toda la Región. Es urgente regresar a la esencia de nuestro oficio.

Sé que, para bien o para mal, muchas personas se sentirán aludidas por este escrito. Unas porque han sido parte de las historias que he acompañado, a quienes les he salvado la vida o los he retornado a la libertad, otros porque hacen parte de ese grupo de mercaderes de la información que se prostituyeron por una pauta y crearon agencias de publirreportajes o, otros, que los volvió mezquinos llegar a un pequeño cargo de poder y hoy, nuevamente, recorren las calles con un micrófono en la mano y la lección de que: «El poder es para servir». 

Soy, y soy consciente de ello, un periodista que desata pasiones.

Práctico a diario esta definición del maestro de periodismo Ryszard Kapuscinski: «El verdadero periodismo es intencional. Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad».

¡Así que hoy, Día Nacional del Periodista, NO HAY NADA QUE CELEBRAR!

 

 

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