La propuesta para crear un área metropolitana en el Valle de San Nicolás ha encendido las alarmas entre los defensores del territorio, como Yeison Castro, gestor cultural y exdirector del Instituto de Cultura de El Carmen de Viboral. Castro, miembro del «Comité de Impulso por el No», advierte que esta iniciativa podría significar el fin de los modos de vida tradicionales y el desplazamiento masivo de los pobladores históricos de la región.
Una Estrategia que Desconoce la Historia
Para Castro, la idea del área metropolitana no es nueva y se presenta como una «nueva estructura y una nueva geografía para la región» que ignora por completo el antecedente histórico y la memoria de los municipios. El modelo propuesto, según él, no está pensado para los residentes actuales del altiplano, sino que busca la expansión del municipio de Rionegro, haciendo que los demás municipios se conviertan en «zonas de sacrificio» para satisfacer las demandas de ese crecimiento desordenado.
El Riesgo de la «Selva de Cemento» y el Desplazamiento
El principal peligro que Castro identifica es la transformación del territorio en una «selva de cemento» impulsada por políticos y urbanizadores que buscan una «ganancia significativa». Este modelo de «empresarismo urbano» vería el territorio como una mercancía, no como un sujeto de bienestar colectivo. La consecuencia directa sería una gentrificación que beneficiaría a «quien pueda comprarla y para quien pueda arrendarla», dejando de lado a los pobladores que han construido la historia de la región.
Además, Castro relaciona esta situación con la historia de violencia y conflicto del Oriente antioqueño, mencionando que la región no recibió inversión para la paz, a pesar de tener numerosas víctimas, debido a la influencia de «empresarios y políticos». Esta propuesta de área metropolitana, en su opinión, es una forma de violencia que agudizará las brechas sociales e históricas, y afectará directamente a los campesinos y el éxodo rural.
Un llamado a defender la Dignidad del Territorio
Castro hace un llamado urgente a la ciudadanía a votar
NO en la consulta popular del 9 de noviembre. Considera que la propuesta es un intento de imponer un modelo sin la debida participación y sin tener en cuenta las necesidades de los habitantes. Su mensaje es claro: es necesario abrir un debate «digno, horizontal» para que los ciudadanos puedan definir la ciudad que realmente quieren construir y consolidar, una que preserve su cultura, su historia y su dignidad.
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