BENDICIÓN PARA EL ALCALDE JUAN BOLÍVAR Enfermo de Covid19

Por Rodrigo Maya Blandón
Fundador del Canal Teleantioquia
Bendecir, en el sentido exacto y primigenio de la palabra, significa “bien decir”, hablar bien de alguien, “decir bien” del otro. Y eso haré en esta nota: Hablar bien de un alcalde que lo único que hace es portarse bien con su comunidad. Ese alcalde se llama, Juan Bolívar Colorado.
Empiezo diciendo que, Juan Bolívar Colorado, ha sido nombrado tres veces alcalde, por voto popular, en Titiribí, su pueblo natal. Además, también fue elegido como alcalde de Venecia, municipio donde ejercía su profesión de médico. Juan Bolívar es, tal vez, el CIUDADANO QUE MAS VECES HA SIDO ELEGIDO ALCALDE POPULAR EN COLOMBIA: Cuatro veces. Es todo un récord, en un país donde la mayoría de los alcaldes son desechables, son funcionarios de un solo uso.
¿Y cuál es el secreto que distingue a Juan Bolívar? Me atrevo a decir que es su “don de gentes”, que lo ha convertido en un ser humano, demasiado humano y en un médico que asumió su profesión como un apostolado. Su consultorio de médico y su despacho de alcalde, se funden en un solo espacio que tiene la misma dimensión del territorio de su Municipio: 142 kilómetros cuadrados.
En sus charlas con la comunidad, habla mas de los cuidados de la salud y del comportamiento ciudadano para enfrentar la pandemia y otras enfermedades, que de las obras y demás problemas administrativos. Su ojo clínico (tan escaso ahora) le permite leer en el semblante de sus pacientes, el mal que los aqueja y les receta y les da consejos para tener una vida saludable.
Así como hay habitantes de calle, Juan Bolívar, es un médico de calle y en cualquier esquina o camino veredal, sus pacientes y gobernados, le cuentan sus dolores y quejumbres. Y él les recomienda una droga efectiva, les regala una sonrisa y unas palabras de aliento. Cumple, al ciento por ciento, con su juramento hipocrático.
Hoy (abril 15), Juan Bolívar Colorado, está recibiendo atención médica en el Hospital la María de Medellín donde, durante años, prestó sus servicios como médico. Esta clínica fue, a finales del Siglo XIX, un centro de confinamiento, donde iban a morir los contaminados de tuberculosis (tisis) enfermedad incurable en esa época y desde hace mucho tiempo, es un centro de investigación científica que presta excelentes servicios médicos.
Titiribí necesita a JUAN BOLÍVAR, recetando en sus pendientes calles y en los caminos de sus faldudas veredas. Él, sin proponérselo, ha seguido, tal vez por tradición, el camino y el ejemplo de otros médicos humanistas nacidos en Titiribí como Luis Zea Uribe y como LEONARDO BETANCUR, vilmente asesinado en Medellín, al lado de su amigo, colega y compañero de luchas sociales, HÉCTOR ABAD GÓMEZ.
PD. Qué bueno sería que, como periodistas, no tuviéramos que utilizar la palabra MALDECIR (“decir mal del otro”, hablar mal de alguien) ANTÓNIMO (contrario) de BENDECIR.