EL GOBIERNO NACIONAL HA CREADO SU PROPIA LÁPIDA EN EL ORIENTE ANTIOQUEÑO

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El nombramiento de miembros de la oposición en la junta directiva de la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño por parte del Gobierno Nacional ha generado controversia en la Región. En teoría, esta acción debería servir para fomentar un entorno de inclusión y fortalecer las políticas públicas de participación ciudadana, asegurando que se escuchen todas las voces y se promuevan proyectos que beneficien a la comunidad. Sin embargo, en la práctica, este tipo de nombramientos ha tenido efectos contrarios a los esperados.

Algunos de los miembros designados por el Gobierno Nacional en la Junta Directiva, Juan Fernando Flores Gómez y Juan Camilo Henao Rodríguez, reconocidos por su postura crítica hacia el gobierno y abiertamente en oposición al actual presidente, en contradicción con ciertos proyectos regionales de inclusión territorial, han usado su posición en la Cámara para crear divisiones dentro de la comunidad empresarial y política. En lugar de contribuir a la unidad y el desarrollo de proyectos que favorezcan a la Región, estos miembros han trabajado en contra de iniciativas clave para el Oriente Antioqueño, promoviendo desacuerdos y dificultando el consenso necesario para avanzar en proyectos de infraestructura, educación y desarrollo económico.

El resultado ha sido una fragmentación en la capacidad de la Región para coordinar esfuerzos conjuntos y aprovechar oportunidades de crecimiento. Las políticas públicas de participación ciudadana, que deberían ser el motor para la cooperación y el diálogo, se ven socavadas por la actitud de algunos de estos opositores, que más que buscar el beneficio común, se enfocan en desestabilizar propuestas que podrían resultar fundamentales para el bienestar de la comunidad.

La función principal de una Cámara de Comercio es crear espacios de apoyo y desarrollo para los comerciantes y empresarios, especialmente para los nuevos emprendedores que buscan dar sus primeros pasos en el mundo empresarial. A través de servicios como asesoría, capacitación, promoción de networking y la creación de vínculos comerciales, la Cámara facilita el acceso a recursos y oportunidades que de otro modo podrían ser inaccesibles para aquellos que recién inician su actividad económica. Además, se convierte en un ente clave para fomentar la competitividad, la innovación y el crecimiento del ecosistema empresarial local, contribuyendo de esta manera al desarrollo económico de la Región.

La Junta de la Cámara debería estar en discusiones de proyectos y propuestas para el desarrollo del Oriente Antioqueño pero en cambio se ve envuelta en pujas por intereses particulares y en maniobras y negociaciones que evidencian que lo que está motivando a algunos de sus miembros no es el interés general ni la Región.

Esta situación plantea interrogantes sobre el verdadero propósito de los nombramientos políticos en la Cámara de Comercio y la necesidad de un balance en la representación que permita una verdadera inclusión sin que se pierda el enfoque en los intereses colectivos de la región. En última instancia, el desarrollo del Oriente Antioqueño depende de la capacidad de sus líderes para trabajar juntos, dejando de lado intereses particulares en favor de proyectos que fortalezcan la región en su conjunto.

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