El Posible Cartel en las Entidades de Control del Oriente Antioqueño: Un Riesgo para la Transparencia y la Confianza Ciudadana

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En el Oriente Antioqueño, una de las regiones de mayor crecimiento económico y social en Colombia, las instituciones de control desempeñan un papel fundamental en la supervisión y vigilancia de la gestión pública. Sin embargo, recientes denuncias han puesto en evidencia la existencia de un posible «cartel» dentro de estas entidades, el cual estaría cerrando procesos de investigación sin un análisis profundo de los casos relacionados con presuntos hechos de corrupción administrativa.

El cierre prematuro de investigaciones, sin una revisión exhaustiva de las pruebas, podría estar facilitando la impunidad de funcionarios y contratistas que incurren en malos manejos de los recursos públicos. Esta práctica no solo afecta la transparencia de la administración pública, sino que también mina la confianza de la ciudadanía en las entidades encargadas de hacer cumplir la ley.

Para muestra un botón: Hace algunas semanas denuncié la posible utilización de la maquinaria amarilla del Municipio de Santuario en la pavimentación, contratada previamente la Empresa EDESO de Rionegro, quien a su vez subcontrato con la Empresa Pavimentar S.A., por un valor superior a los mil millones de pesos. y mostré evidencia de la permanencia de esa maquinaria, además de las volquetas del municipio, los días 15 y 16 de enero del presente año. Frente al escándalo, se conoció la renuncia del Secretario de Obras Públicas del Municipio.

Sin embargo, el pasado 19 de marzo y después de una Actuación Especial de Fiscalización de la Contraloría General de Antioquia, que tomo como única prueba la declaración del maquinista del municipio, emitió un Informe Definitivo en el cual no encontró hallazgo alguno en este caso.

Como olvidar, que un prestigioso abogado y veedor ciudadano de la Región hizo un seguimiento a las actuaciones de la Dra. Angela Giraldo, que estuvo al frente de la Procuraduría Provincial por más de diez años, encontrando una sola sanción disciplinaria a un funcionario público en la década en que aparecieron, de la noche a la mañana, varios exalcaldes con riquezas inexplicables para los salarios recibidos en sus cargos y se consolidaron varias mafias de la contratación en el Oriente Antioqueño.

Como explicar, que la única actuación ejemplarizante en décadas, en medio de las miles de denuncias por posible corrupción, de la Fiscalía General de la Nación, haya sido la condena a Flor Dey Granada valencia, exalcaldesa de Argelia de María.

Como no recordar, que todos los días vemos los dos elefantes blancos en que se convirtieron los CAI´s de Cuatro Esquinas y San Antonio en Rionegro, por los que iba a ser imputado el actual gobernador de Antioquia, con solicitud de medida preventiva, y que después de una jugada legal para que fuera aplazada la audiencia y al ser elegido gobernador paso a un Fiscal Especializado ante la Corte Suprema de Justicia que dejo el proceso en el salón del olvido.

Y digámoslo con toda claridad son cientos de denuncias en la Fiscalía, la Contraloría, la Procuraduría y las Personerías Municipales que ni tienen inició y mucho menos final.

Entre los factores que están permitiendo esta problemática se encuentran: Falta de independencia de los organismos de control, que podrían estar influenciados por intereses políticos o económicos. Deficiencias en la investigación, con expedientes archivados sin un análisis detallado de las pruebas. Presiones externas, que podrían estar incidiendo en la decisión de cerrar los casos de manera anticipada. Falta de veeduría ciudadana, lo que permite que estos hechos ocurran sin una presión social efectiva y, como no decirlo, el posible recibo de coimas por parte de los funcionarios encargados de las investigaciones en las diferentes Entidades de Control para cerrar y archivar los procesos sin los resultados que espera la ciudadanía.

La percepción de que los entes de control no cumplen con su labor genera una profunda desconfianza entre los ciudadanos. Cuando los casos de presunta corrupción no son debidamente investigados, la comunidad siente que sus denuncias son ignoradas y que no hay garantías de justicia. Esto desmotiva la participación ciudadana y refuerza la idea de que los corruptos quedan impunes.

Para combatir esta situación, es fundamental: Fortalecer la independencia de los entes de control, asegurando que sus decisiones estén basadas en la ley y no en intereses particulares. Aumentar la participación ciudadana, promoviendo veedurías y mecanismos de denuncia eficaces. Mejorar la transparencia en los procesos investigativos, con auditorías externas y publicación de informes detallados sobre las decisiones tomadas. Sancionar ejemplarmente a los responsables, tanto de actos de corrupción, como de la omisión en la investigación de estos.

El Oriente Antioqueño no puede permitirse un sistema de control débil y permeado por la corrupción. La ciudadanía, los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil deben mantenerse vigilantes y exigir respuestas claras y contundentes frente a este posible cartel que pone en jaque la transparencia y el desarrollo de la Región.

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