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La Lucha del Oriente Antioqueño: Por Qué el Campesinado le Dice NO al Área Metropolitana (AMO)

La Voz de la Resistencia Rural La propuesta de crear un Área Metropolitana (AMO) en el Oriente Antioqueño ha desatado una intensa maratón de Voces Ciudadanas. Lejos de ser un proyecto de consenso, el AMO es visto por muchos como una imposición que busca la concentración de poder y riqueza en manos de unos pocos,…

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La Voz de la Resistencia Rural

La propuesta de crear un Área Metropolitana (AMO) en el Oriente Antioqueño ha desatado una intensa maratón de Voces Ciudadanas. Lejos de ser un proyecto de consenso, el AMO es visto por muchos como una imposición que busca la concentración de poder y riqueza en manos de unos pocos, ignorando el bienestar del territorio y sus habitantes.

En el corazón de esta resistencia se encuentra Cruz Elisa Buitrago, una líder campesina y social del Cañón del Melcocho, zona rural del municipio de El Carmen de Viboral. Su testimonio es un llamado de atención urgente sobre las profundas fallas del proceso y el riesgo que corre la vocación histórica de la región.

Un Proceso Clandestino y Excluyente

Según Cruz Elisa Buitrago, el campesinado ha sido sistemáticamente excluido y no informado sobre la propuesta del Área Metropolitana. Ella recalca que, como siempre en estos procesos, la población rural es la menos informada, lo cual limita su pensamiento y expresión.

El proyecto se mantuvo a puerta cerrada durante 14 meses, en «componendas entre alcaldes, urbanizadores, [y la] Gobernación de Antioquia». Solo se abrió el debate público cuando los medios de comunicación no alineados sacaron a la luz la carta de intención enviada a la Registraduría.

“No queremos ser instrumentos, queremos ser protagonistas y gestores de la construcción de una sociedad equitativa y en igualdad.”

Para la líder, es un deber del Estado y de las municipalidades incluir a los campesinos, mujeres, colectivos y acciones comunales, algo que no ocurrió en la formulación de esta propuesta. El campesinado solo pudo empezar a «familiarizarse con la definición, pero no con el tema» hace pocos meses, viéndose obligado a participar en espacios como el Cabildo Abierto en El Carmen de Viboral.

La Amenaza del Urbanismo Desmedido

La preocupación central de Cruz Elisa Buitrago radica en el impacto que tendrá esta figura de centralización de poder y administración. Ella y los campesinos se preguntan: si se da el proyecto, ¿cómo quedarían las comunidades rurales?.

El ejemplo de Rionegro es una advertencia latente. Allí, las «áreas de expansión» generaron un desplazamiento de campesinos que, de la noche a la mañana, no podían pagar los impuestos de las tierras que pasaron a ser consideradas urbanas.

El crecimiento poblacional que traería el AMO, sin una planeación adecuada de recursos, terminaría por ahogar la región.

«Mientras más población habita en territorio, menos oportunidades hay para cubrir esas necesidades básicas, sobre todo de salud, de educación…».

Los Fundamentos Ignorados: Ambiente e Historia

Cruz Elisa Buitrago es enfática en que cualquier figura de desarrollo para la región debe basarse en dos fundamentos innegociables: el ambiental y el social. La propuesta del AMO, sin embargo, parece ignorar por completo estos pilares.

El Peligro Ambiental y la Vocación del Oriente

La líder campesina subraya que lo primero que está en peligro con una expansión urbanística es el medio ambiente. Ella recuerda el carácter esencial del territorio:

  • Despensa del País: El Oriente Antioqueño es una «empresa agrícola, ganadera, hídrica, boscosa, de fauna, de flora».
  • Efecto Colateral Rural: Si la población aumenta en el casco urbano, habrá un efecto colateral inmediato para la ruralidad, algo que ya se está sufriendo con fenómenos como el turismo descontrolado.

La violencia que el urbanismo aplica a los ecosistemas es una «violencia invisible» que afecta terriblemente a las zonas rurales y boscosas. Defender la vida es defender la vida en su totalidad, lo cual incluye «defender la vida de los ecosistemas promisorios que nos están dando diariamente el oxígeno y el agua».

La Memoria Histórica y la Revictimización

En lo social, el Oriente Antioqueño tiene una historia que no puede olvidarse: la historia de la violencia y los tipos de victimización sufridos por los pobladores, especialmente en la ruralidad.

Cruz Elisa Buitrago recuerda que las cicatrices de la guerra no han sanado. La ausencia de un trabajo social previo, la falta de participación y la omisión de figuras necesarias para la memoria (como la JEP en algunas zonas) hacen que la imposición del AMO «revictimice a la población».

Ella se pregunta qué pasará con la memoria de los seres queridos que murieron, fueron lisiados o desaparecieron en la guerra, insistiendo en que «tenemos que construir sociedad sobre esa realidad».

El campesinado, quien abrió los montes y generó las bases y raíces para que exista el Oriente Antioqueño, ve esta propuesta como un desplazamiento de su esencia territorial.

Un Llamado a la Unidad y la Coherencia

Aprendidas las lecciones de la guerra, el campesinado sabe que debe actuar en colectivo e inclusivamente. Por eso, al igual que los colectivos de gobernanza del agua y los comunales, el campesinado le dice NO al AMO.

Cruz Elisa Buitrago concluye que decir «no a la creación del Área Metropolitana en estos momentos es decirle sí a la población del Oriente antioqueño». La negación de la participación y la falta de coherencia histórica y ambiental hacen que este proyecto sea insostenible y peligroso.

El Oriente Antioqueño, con su esencia dual urbano-rural, su productividad agrícola y ganadera, y su historia de lucha, exige un ente que planifique el desarrollo, no que venda el crecimiento. El pueblo está de pie para defender su territorio y su vida.

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