Quiero comenzar estas líneas con un profundo y sincero agradecimiento a los miles de habitantes del Oriente Antioqueño que, durante toda una intensa semana, siguieron con atención y compromiso la Maratón de Voces Ciudadanas, una iniciativa periodística que se alzó como tribuna para expresar el sentir de un territorio que no quiere ser silenciado, mucho menos impuesto. Esta maratón no fue un simple ejercicio informativo: fue un acto de resistencia, de amor por la tierra, y de defensa frente a las amenazas que se ciernen sobre nuestra región con la propuesta de imponer un Área Metropolitana que no nace del consenso ni del bienestar común, sino de intereses ajenos a nuestras comunidades.
Este esfuerzo, impulsado con el apoyo solidario de amigos y aliados que, por razones entendibles, han decidido permanecer en el anonimato, es un grito colectivo que nace del corazón de quienes conocen el valor de nuestras montañas, de nuestros pueblos, de nuestras formas de vida. Son voces que no se dejan seducir por los cantos de sirena de los urbanizadores ni por los discursos vacíos de políticos tradicionales, siempre más atentos a la jugosa rentabilidad del cemento que al equilibrio del territorio y el bienestar de sus habitantes.
La Maratón de Voces Ciudadanas ha sido, ante todo, una herramienta de pedagogía democrática, de empoderamiento ciudadano. A través de relatos, entrevistas, análisis y denuncias, hemos querido mostrar, sin máscaras, las profundas inconveniencias de un modelo que ya está mandado a recoger: el modelo de centralización forzada, de crecimiento desmedido y mal planeado, de promesas de progreso que ocultan dinámicas de exclusión, especulación y depredación ambiental.
Que esta maratón haya logrado posicionarse en redes sociales como una tendencia en tan solo una semana no es producto del azar, sino el reflejo de una ciudadanía que se siente representada, escuchada, que se está despertando y que empieza a decir, con claridad y firmeza: ¡basta ya! No queremos que nos impongan lo que no hemos pedido. No queremos un Área Metropolitana que beneficie a unos pocos mientras despoja a muchos. No queremos ver convertidos nuestros paisajes, nuestra cultura, nuestros ritmos de vida, en mercancía para los grandes negocios inmobiliarios.
Les pedimos encarecidamente que cada noche compartan en sus redes sociales los programas de la Maratón de Voces Ciudadanas, para que esta voz colectiva se convierta en un verdadero grito popular, capaz de atravesar los muros de la indiferencia y enfrentar con dignidad a ese Goliath bíblico que, usando funcionarios y recursos públicos de la Gobernación de Antioquia y de las ocho alcaldías que traicionando a sus comunidades firmaron la solicitud, pretende imponernos el AMO (Área Metropolitana del Oriente). Solo con unidad, conciencia y persistencia lograremos que este David ciudadano se levante con fuerza y le diga NO a los poderes que quieren decidir sin contar con nosotros.
Este ejercicio no se detendrá. Continuaremos hasta el 30 de octubre llevando las voces del territorio a cada rincón de la región. Y lo haremos con la convicción de que este proceso no se trata solo de informar, sino de sembrar conciencia, de alimentar la reflexión colectiva, de preparar el terreno para lo que será un momento crucial en nuestra historia reciente: la Consulta Popular del 9 de noviembre.
Ese día, no solo se define la suerte de una figura administrativa. Se define el modelo de desarrollo que queremos para nuestra región. Se define si permitiremos que otros hablen por nosotros, o si tomaremos la palabra con nuestra propia voz. Se define si seguimos siendo dueños de nuestro destino o si lo entregamos, sin resistencia, a quienes no entienden ni valoran la esencia del Oriente Antioqueño.
Por eso, a todas y todos quienes han acompañado esta maratón, mi más profundo agradecimiento. Sigamos construyendo juntos una fuerza ciudadana crítica, consciente y decidida. Que el 9 de noviembre, con dignidad y valentía, podamos decir con fuerza y sin titubeos: ¡NO al Área Metropolitana! ¡SÍ a un Oriente Antioqueño libre, diverso y en manos de su gente!
