LA DESAFORTUNADA POSTURA DE LOS MEDIOS REGIONALES FRENTE AL AMO

En los últimos años, ha crecido una honda preocupación entre los habitantes del Oriente Antioqueño ante lo que muchos perciben como la cooptación diferentes Medios de Comunicación por parte de intereses políticos o empresariales. Esta inquietud se agudiza en el contexto del debate por la conformación del Área Metropolitana del Valle de San Nicolás, un proyecto que, si bien se presenta como una estrategia de integración regional, ha estado rodeado de controversia por los intereses económicos y políticos que parecen impulsarlo desde las sombras.
Para muestra un botón; desde La Prensa y su director, y replicado por un grupo de medios reconocidos en el Territorio, se ha venido impulsando una via diferente a la no aceptación del alcalde, Julio Serna, y del Concejo de Marinilla de ser parte del Área Metropolitana. Ahora se sabe que quienes impulsan esta idea son empresarios, ligados con empresas de construcción con muchos intereses en el crecimiento del Altiplano y que han puesto sobre la mesa recursos económicos grandes para hacer una campaña de recolección de firmas y obligar a Marinilla a participar de una posible Consulta Popular.
Lamentable esta postura de La Prensa, su director y sus aliados.
Numerosos ciudadanos, colectivos sociales y líderes comunitarios han alzado la voz señalando cómo varios medios locales —que históricamente habían fungido como garantes del pluralismo informativo y del control ciudadano— han adoptado una línea editorial claramente favorable a la creación del Área Metropolitana. Esta postura, lejos de basarse en una evaluación crítica y profunda de las implicaciones del proyecto, parece estar dictada por la pauta publicitaria o los favores políticos de sectores tradicionales y empresarios de la construcción, quienes ven en esta figura administrativa una oportunidad para expandir sus negocios, sin lugar a dudas a expensas del equilibrio ambiental, la autonomía municipal y las prioridades reales de las comunidades.
Lo preocupante no es solo el contenido que se publica, sino el que se omite: escasa cobertura a las voces críticas, minimización de los riesgos que conlleva el crecimiento desmedido y la urbanización acelerada, así como el silenciamiento de las denuncias sobre posibles conflictos de interés entre funcionarios públicos y promotores inmobiliarios. Esta actitud editorial ha generado un clima de desinformación y una falsa sensación de consenso que distorsiona el debate público.
En este contexto, es necesario que la ciudadanía exija una prensa más ética, comprometida con el interés público y no con los intereses de un sector politico hegemónico o un sector económico que requiere la figura del Área para expandirse en la Región. Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar con rigor, abrir espacio al disenso y contribuir a que la población pueda tomar decisiones fundamentadas. Solo así podrá garantizarse un proceso democrático y legítimo en torno a un proyecto que marcará el destino del Oriente Antioqueño por generaciones.
Es absolutamente irresponsable que los medios de comunicación seamos prepagos de intereses que pasan por encima del Territorio y sus comunidades.