¿A QUIÉN LE INTERESA LA DENSIFICACIÓN DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO?

En los últimos años, el Oriente Antioqueño ha experimentado un proceso acelerado de urbanización que ha dado lugar a una creciente densificación poblacional, que según expertos aumento la población de la Región en unos 160 mil habitantes. Esta rápida expansión del desarrollo urbano, impulsada por la migración hacia la región en busca de mejores condiciones de vida y el auge del mercado inmobiliario, ha generado una sobre construcción que amenaza gravemente el equilibrio ambiental de la zona.
Uno de los principales problemas derivados de la densificación es la deforestación. Las áreas naturales, en su mayoría bosques y zonas agrícolas, están siendo sustituidas por edificaciones, urbanizaciones y carreteras, lo que afecta la biodiversidad local y altera los ecosistemas. La pérdida de vegetación reduce la capacidad de la región para absorber el dióxido de carbono, contribuyendo al cambio climático y disminuyendo la calidad del aire.
Por otro lado, está absolutamente comprobado que detrás de la ola constructivista, fundamentalmente en los municipios del Altiplano del Oriente Antioqueño, existe un preocupante lavado de activos por parte de organizaciones armadas ilegales. Es de recordar que Alias «Andrea» o «Falcón», uno de los grandes jefes del Clan Úsuga, o Clan del Golfo, capturado en una lujosa mansión en Llano Grande, en la que encontraron vehículos únicos en Colombia, se escondió por años detrás de la fachada de prestigioso constructor en el Territorio.
Esos constructores, y un sector político hegemónico en el Territorio, son los que libran una contienda feroz para hacerse con la Presidencia Ejecutiva de la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño que ha liderado una propuesta incluyente de planeación estratégica- EcoDesarrollo- para toda la Región, lo que contradice la intencionalidad de dividir el Territorio juntando a los municipios donde se concentra el poder económico y político, dejando por fuera a los que más necesitan. Para fortuna de los intereses del Territorio no lo han logrado, ni lo lograran.
Además, la sobre construcción ha incrementado la demanda de recursos naturales como el agua y la energía. La infraestructura urbana, al no estar diseñada para soportar un crecimiento tan rápido, provoca problemas de escasez de agua, y el aumento de la población genera mayores emisiones de gases contaminantes. El manejo de residuos sólidos y las redes de alcantarillado también se ven desbordados, lo que afecta la salud pública y la calidad del entorno.
La falta de planificación urbanística adecuada y los Planes Parciales, iniciados en Rionegro, precisamente en la alcaldía de Andrés Julián Rendón, hoy Gobernador de Antioquia, gran promotor del AMO, y replicados ya en todo el Altiplano, son otros factores clave que agrava estos problemas, además de generar un desplazamiento económico de la población. En muchas ocasiones, los proyectos de construcción no consideran los impactos ambientales y sociales a largo plazo ni las capacidades de carga de los territorios. Esto lleva a la creación de asentamientos sin los servicios básicos necesarios, lo que, a su vez, impulsa más procesos de deterioro ambiental.
Es tan fallido el modelo urbanizador y aglutinador del Valle de Aburrá que la gente se está viniendo para el Oriente Antioqueño masivamente, con lo que eso implica negativamente en el buen vivir de los orientales y en las exigencias en servicios a los entes locales.
Es de resaltar el papel de Cornare para tratar de controlar, incluso con cientos de sanciones, ese desaforado interés de alcaldes, concejos y directores de planeación para extender la frontera urbanizable de sus municipios a través de unos POT´s sin los componentes ambientales y sociales, para abrirle camino a los urbanizadores.
Es urgente que las autoridades y la comunidad en general tomen conciencia de los riesgos de esta sobre construcción y que se promuevan modelos de desarrollo urbano sostenible. Implementar políticas que favorezcan el uso racional del suelo, la protección de los recursos naturales y la planificación integral de las zonas urbanas es fundamental para frenar el impacto ambiental y garantizar un futuro habitable para las generaciones venideras.
Ahora bien, estos problemas sociales y ambientales se agudizarán si, por intereses meramente politiqueros y económicos, no por la Región y sus gentes, se hace realidad el Área Metropolitana del Oriente-AMO, figura que acelerará la densificación poblacional de tal manera que se volverá, en muy poco tiempo, absolutamente insostenible.
La Región y sus gentes deberán pensarlo muy bien para apoyar ese AMO que nos quieren imponer.