La mujer del César, el avispado y el AMO

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Por

Arturo Montoya Ramírez

Marzo de 2025

“La mujer del César no sólo debe ser honesta sino también parecerlo”

                                                                                                                                             Proverbio

Nota:  Es preciso advertir que los hechos de corrupción que menciono en esta columna gozan de presunción de inocencia hasta tanto una autoridad judicial no emita los respectivos fallos condenatorios.

Es famoso el texto del reconocido historiador y exministro de cultura, Juan Luis Mejía A. denominado “El culto al avispado” basado en el cuento de don Jesús del Corral publicado en 1914 bajo el nombre de “Que pase el aserrador”.

Para el propósito de esta columna extraigo algunas expresiones del texto del profesor Mejía: “Fuera de sus valores literarios, en el imaginario colectivo el cuento representa el arquetipo del antioqueño: recursivo, atrevido, chacharachero, audaz”. “El pueblo antioqueño creó el culto al avispado … El avispado no hace empresas, hace negocios … el avispado sabe cómo se la gana de ojo. El avispado se come de cuento a la gente… es cañero, fafarachero, lanza, espuelón, fregao y ventajoso, tiene agallas y se lleva a todo el mundo por delante… Para el avispado no hay mayor triunfo que sacar ventaja en cada negocio.”  

 Los avispados de hoy. El ejercicio de la política en el país y el devenir como sociedad nos dejan ver unas prácticas perversas que nuestra dirigencia heredó de la colonia: burocratismo, leguleyismo, clientelismo, nepotismo y otras tantas que desembocan, juntas, en el aprovechamiento del Estado para el enriquecimiento personal, familiar, de clientela y de clase social. Al colombiano medianamente enterado no le es difícil hacer la asociación entre los “atributos “del avispado que nos describe el profesor Mejía y los comportamientos de muchos de nuestros dirigentes políticos y empresariales. Hacen parte del paisaje nacional y en toda nuestra historia, los negocios y negociados en los que las fronteras entre lo público y lo privado son difusas. Alguien decía que más que empresarios tenemos unos capturadores de recursos públicos. Las modalidades son diversas: los gobiernos corporativos, en muchos casos, son una sofisticada forma de poner lo público al servicio de intereses empresariales privados. Lo que se destapó con el desastre de Hidroituango permite palpar esa realidad: empresarios contratándose para realizar obras públicas y tomando decisiones dentro de la junta directiva de EPM para incrementar aún más sus utilidades, con el conocido desenlace catastrófico y perdidas billonarias, aún no reparadas. Sobre este punto habrá que volver en otra ocasión pues toma importancia primordial ahora que EPM anuncia sus planes de ser el gestor de un gran proyecto hídrico para todo el Valle de San Nicolás.

Volviendo a las diferentes modalidades de captura del Estado recordemos que también lo hacen a través de contratos de construcción por concesión (carreteras-peajes) o como intermediarios en servicios públicos (salud, educación, comunicaciones), entre otras acciones. Para ello cuentan con la colaboración de funcionarios públicos venales que hacen de socios en verdaderas empresas criminales. Completan el cuadro de la corrupción desde el Estado, los entes de control que más que controlar garantizan impunidad, de la mano de jueces y magistrados dispuestos, en demasiados casos, a hacer parte del negocio.

 Rionegro, caso emblemático de avispamiento. Desde hace muchos años, en la ciudad más importante del Oriente Antioqueño las denuncias por supuestos delitos contra la administración pública son repetidos. Allí la captura del Estado por un sector político, en las últimas administraciones, es notorio. Se creó todo un entramado de organismos descentralizados (ESO, EDESO, SOMOS, SITIRIO, SONRIO).  Es bien conocido que en el país esto se ha utilizado como una forma de burlar los controles a la contratación pública que regula la Ley 80/93. Para ampliar esas denuncias no es sino hacer una somera indagación en internet. Concejales, periodistas, veedores cívicos y ciudadanos del común han sido sus difusores; algunas denuncias han llegado a los estrados judiciales o a los entes de control.

La concejala Leidy Baena publicó en 2023 un video donde denuncia 9 hechos de posible corrupción en la alcaldías de Andrés J. Rendón y Rodrigo Hernández que van desde el detrimento patrimonial, obras inconclusas, dineros embolatados en valorización por $ 2.000 millones (otros hablan de decenas de miles de millones), negligencia con pérdidas de recursos millonarios;  el famoso escándalo de dos CAI (elefantes blancos construidos en lotes privados) que tiene al actual gobernador en un proceso muy avanzado en la fiscalía; despilfarro en viajes y licor en Industria de Cárnicos INCAROSA, empresa del municipio, Terminal de Transporte aprobada en 8.000 millones y que a septiembre de 2023 iba en 15.000 millones y sólo entrará en operación en 2025 con un costo muy superior y rebaja en sus características técnicas.  Sin que falte el nepotismo, característica principal de la administración de Rionegro, al decir de la concejala. Menciona, además, los 49 contratos investigados por la procuraduría.

Circula otro video producido por 3 concejales denominado “Los 7 pecados capitales de Rionegro” en el que se denuncia el desgreño administrativo, el despilfarro de decenas de miles de millones en estudios para proyectos que no se hicieron como el Tren Ligero, SONRIO Y SITIRIO, obras prometidas por valorización que no se ejecutaron o se hicieron a medias, entre muchas otras anomalías.

Cuando uno habla con personas de Rionegro que tienen una mirada independiente sobre este tema, se despachan en el relato de hechos que escandalizan al ciudadano del común, enseñado a oír este tipo de noticias todos los días y desde hace muchos años. Aún sin conocer fallos de la justicia genera todo tipo de suspicacias tal volumen de información que alejan a esta dirigencia de las condiciones mínimas de decoro que el proverbio le exige a la mujer del César: no sólo ser honesta sino también parecerlo.

 El Área Metropolitana del Oriente (AMO) otro capítulo de captura del Estado. Me he extendido con los casos de corrupción en Rionegro porque son sus políticos quienes están detrás de la promoción del AMO junto con los gremios de la construcción, así como contratistas y empresarios de diferentes áreas y alcaldes y funcionarios de los municipios cooptados. No podemos olvidar que, dada la normatividad de funcionamiento del AMO, desde este municipio núcleo se ejercería el control absoluto de su burocracia, sus recursos, sus planes de desarrollo, de ordenamiento, de inversiones y su contratación, en   beneficio de ese estrecho círculo de poder. Es previsible que allí estén como funcionarios los alcaldes que ahora se han regalado al AMO a pesar de que algunos prometieron lo contrario en campaña.  Con este modelo centralista, autoritario, acaparador, ponen a los otros municipios de la subregión postrados a los pies de la ciudad núcleo llevándose por delante su autonomía y alejando toda posibilidad de ejercer control político sobre las acciones o desafueros de una Junta Metropolitana lejana y ajena a sus intereses más cercanos y conocidos.

Más allá de una propuesta que busque el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del Oriente Antioqueño estamos en presencia de un plan perfectamente orquestado para lograr ventajas. Todos unos avispados.

Cierro con esta frase de Juan Luis Mejía: Una última recomendación: Desconfiad del avispado”.

Ñapa:  En un malabarismo retórico digno del inigualable Cantinflas, para el doctor Eugenio Prieto S. ahora resulta que el derecho al veto por parte del alcalde metropolitano quiere decir lo contrario: “es el derecho al consenso”. Y lo dijo luego de que el senador Quintero afirmara que había presentado el proyecto de ley para eliminar ese derecho. Estos debates están afectando la psiquis del fiel escudero del gobernador Rendón para imponernos el AMO. Lo salvaría el que nos crea idiotas.

 

 

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